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La delicada poesía
de Juan Gonzalo Rose (1928 –1983)
Semblanza
La característica de la poesía de Juan
Gonzalo Rose es la ternura. Conocedor de un área
muy importante de la poesía española,
principalmente Miguel Hernández y León Felipe,
el poeta ha mostrado un gran dominio de recursos
expresivos tanto en su vena realista y combativa
de sus primeros versos, como en la poesía
desnuda, adelgazada de Simple Canción (1960), que
junto con Informe al rey y otros libros secretos,
de 1969, son a nuestro parecer sus mejores libros
de poemas. Solitario, escéptico, marginal, Rose
fue hasta 1983, año de su muerte, la imagen que
el pueblo tenía del poeta, como Martín Adán en
otros años.
Es interesante contrastar las voces de Romualdo y
Valcárcel, que se iban tornando broncas, con la
delicada voz de Rose, de gran amor por lo
cotidiano desde la perspectiva de una infancia añorada.
Rose cultiva un verso libre, desmadejado, más
atento a la exteriorización de la subjetividad
que a la distribución rítmica de los acentos o a
las innovaciones audaces. A partir de allí hasta
1983, su actividad poética nos muestra a un poeta
que varias veces ha cambiado de actitud frente a
los temas que toca o que ha ido eligiendo nuevos
asuntos al tiempo que dejaba(¿n?) otros, pero que
en los aspectos formales ha sido un mantenedor de
una tradición, culminador de un modo de poetizar.
De ahí que no resulte extraño que Rose optase
como una vía natural, por la escritura de
canciones populares, retomando la vieja tradición
juglaresca de la poesía castellana.
Las comarcas, de 1964, amplía las vetas
cultivadas en libros anteriores pero
sustancialmente vuelca su interés sobre una de
las posibilidades que sólo había sido enunciada
tímidamente: la esfera de la sensualidad. Rose
renuncia a una parte de lo humano: voluntad,
intelecto y pertrechado de un afán de búsqueda
de lo virginal, se deja llevar y a la vez conduce
a su prosa poética a lugares edulcoradamente insólitos.
En Informe al rey y otros libros secretos Rose
expresa su amargura radical, tomando como ejemplo
a Guamán Poma de Ayala. El pesimismo, la
desconfianza es tan absoluta que se niega todo
resquicio a la esperanza; más aún: la esperanza
es situada en el pasado y el país imaginado no
existe. No hay un gesto de rebeldía, sino un
humor corrosivo que no propone alternativas, pues
el poeta lentamente ha llegado a la conclusión de
que la realidad, toda la realidad, es depresiva.
Por Marco Martos
Fuente: Educared
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