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De Los Lugares Propicios a La Vid y al Pisco
La vid, traída al Perú con cuidadoso esmero por los españoles a mediados del siglo XVI, se aclimato rápidamente en suelos costeros. La necesidad de los conquistadores por contar con frutas y bebidas familiares a su paladar, así como las urgencias de los ritos de la Iglesia que precisaban vino para consagrar, no bastaban para que esa delicada planta de climas templados, extendiera sus sarmientos y redondeara sus bayas en estas nuevas tierras. Para ellos era imprescindible proveerla de ciertas condiciones, tan acogedoras como la voluntad y las expectativas del hombre. Y en los valles costeros del Perú, las parras mediterráneas hallaron clima y suelo propicios y extendieron prontamente su verde esplendor sobre los arenales calientes, para ofrendar sus frutos sazonados que eran una expresión mas del mutuo intercambio cultural de dos mundos que, en mitad del cruento conflicto, iniciaban ya una lenta e indetenible simbiosis. Al seguimiento de este proceso esta dedicado este capitulo.
Acerca de las condiciones ecológicas de la costa peruana
Al Perú, situado en la costa occidental de América del Sur, le correspondería por su latitud cercana al Ecuador un clima netamente tropical; sin embargo y debido a la Corriente Peruana con aguas templadas, 18ºC a 19ºC en promedio, y a la cordillera del los andes, entre otros factores, el clima es templado y el paisaje tiene características subtropicales: aridez y semiaridez. Las precipitaciones pluviales, que son moderadas en la Costa norte, se vuelven escasas hacia el sur.
La Costa, que se inicia en el litoral, a orillas del mar Pacifico, esta conformada por la faja que termina en las estribaciones occidentales de la cordillera de los andes. Esta extensa planicie, de ancho variable, es recorrida por pequeños ríos que bajan por la pendiente andina y van a da a la mar. Tales ríos, de aguas presurosas riegan fértiles valles, donde están ubicadas las principales ciudades costeras del Perú.
A partir de la segunda mitad del siglo XX, el creciente proceso de urbanización ha mermado ostensiblemente las áreas tradicionalmente dedicadas a la agricultura. Sin embargo, en la Costa se han preservado importantes áreas agrícolas, especialmente en los casos en que sus productos han estado asociados a procesos industriales. Así ha ocurrido con el cultivo de la vid en los departamentos de Lima, ICA, Arequipa, Moquegua y Tacna, donde se encuentran las áreas vitivinícolas más amplias del país, tales como Supe, Pativilca, Barranca, Sayan, Chancay, Huaral, La Esperanza, Carabyllo, Ate, Lurin, Puente Piedra, Pachacamac, Mala, Cañete, Lunahuana, Pacaran, Zúñiga, Chincha, Pisco, Palpa, ICA, Ingenio, Nazca, Caraveli, Chaparra, Majes, Sihuas,Vitor, Tiabaya, Omate, Moquegua, Cinto, Locumba y Tacna. Si bien estos lugares son los mayores productores de vid, cabe señalar que esta se cultiva también en algunos valles de la costa norte, así como en ciertos valles templados de la región andina.
En efecto, las mejores condiciones climáticas para el desarrollo de la actividad vitícola se presentan a partir de Pativilca hasta Tacna. Es en esta faja donde se hallan los viñedos más importantes del país, tanto por su extensión, volumen de producción y calidad de sus productos, como por el desarrollo de las actividades industriales conexas. De toda esta zona, son los valles de Pisco e ICA los que presentan características ecológicas mas apropiadas para el desarrollo de la actividad vitícola.
Su clima es semicalido y las precipitaciones pluviales son escasas, oscilando entre los 2mm. anuales en el desierto costanero, y más de 80mm. en la zona de pie de monte andino. Las temperaturas medias son saludablemente uniformes: sobrepasan los 20ºC durante los meses de enero a abril, y no bajan de los 10ºC en los meses de mayo a septiembre. La humedad atmosférica en el valle de ICA, presenta promedios inferiores a otros valles de la a costa central, lo cual es altamente favorable para el cultivo de la vid. La insolación promedio anual es superior a las existentes en otros oasis de la costa, lo que resulta ventajoso para asegurar un alto índice glucométrico de los frutos.
Estos factores climáticos, favorables a la actividad vitícola, se suman a las características topográficas de la región. Las tierras que ocupa el cultivo de la vid en ICA y otros oasis de la Costa central y sur, son uniformes, con pendientes suaves. La composición de los suelos es de la más alta calidad: muy homogénea, de textura media, muy porosa y de buena permeabilidad, permitiendo una adecuada velocidad de infiltración al agua. Su alto contenido de arena hace que los suelos irradien intenso calor por refracción de los rayos solares, especialmente durante le verano, lo que redunda en un mayor contenido de glucosa en las uvas, propiedad favorable para la elaboración de vinos y piscos de optima calidad.
En los sectores altos de los valles iqueños de Lunahuana, Pacaran, Zúñiga, Pisco, Chincha y Nazca también se presentan inmejorables condiciones para la viticultura, debido a que su clima es similar al descrito para el valle de ICA: la temperatura media anual es de 20.5ºC. con un bajo porcentaje de humedad relativa, minima nubosidad y, en consecuencia, mayor promedio diario de horas de sol. Todos estos factores permiten obtener frutos de un alto índice glucométrico, que puede llegar a ser de 16 grados, optimo para la elaboración de piscos y vinos generosos.
En la extensión costera que va desde Pativilca hasta Tacna, se cultiva las siguientes variedades de uva: Quebranta, Negra Criolla, Italia, Albilla, Borgoña (Isabella), Malbec, Alicante Bouchet, Moscatel, Cabernet Sauvignon, Grenache, Barbera y Chenin (Pinot de la Loire). En menor cuantía, también existen sembrios de Moscato de Hamburgo, Palomino, Semillon Riesling, Cabernet Franc, Carignane, Emperatriz Cardinal, Ruby Cabernet, Pinot Blanc, Alfonso Lavalle (Alphonse Lavalier), Thompson Seedless (Sultanina), Pinot y Rosa del Perú.
De lo dicho se desprende que en la costa central y sur del Perú, la naturaleza presenta condiciones altamente propicias para le desarrollo de la viticultura. Pero ello es solamente un aspecto que no explica completamente el sostenido impulso de la
industria vitivinícola peruana y la calidad de sus `productos. El historiador Lorenzo Huertas señala que “la calidad peculiar del vino y del aguardiente se debe no solo al español que trajo y sembró la vid, sino también al indígena y a su milenaria experiencia en la cerámica y en la preparación de diversos tipos de bebidas espirituosas, y al forastero africano que rápidamente aprendió las técnicas del cultivo de la vid, de la elaboración del vino y que no se quedo atrás en cuanto a la fabricación de piscos y botijas peruleras. El otro factor matriz fue la tierra que acondicionada por climas específicos y requiebros sísmicos, reproducía sus frutos”
Continuará...
Tomado de: Crónicas y Relaciones Que se Refieren al Origen y Virtudes del Pisco
Bebida Tradicional y Patrimonio del Perú
Banco Latino 1990
Lima Perú
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