Año III. Edición Nº 27.  -  Febrero del 2009    

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   Zona vid 

Aumentará la producción de vinos en el sur de Perú 

Cinco empresas vitivinícolas peruanas buscarán introducirse en el mercado regional. Una de ellas, Bodega Queirolo se orientará a la producción de seis tipos de vino tinto y dos de vino blanco.

Para ello, la firma invertirá cerca de US$10 millones en cinco años,  una buena forma de empezar. De esta forma, la empresa decidió sumarse a la industria vitivinícola nacional, adquiriendo unas 400 hectáreas en los valles de Ica (273 hectáreas) y Cañete (127 hectáreas), en las que sembró una variedad de uvas con las que iniciará, a partir del primer trimestre de este año, la producción de hasta ocho variedades de vinos.

Con seis tipos de vino tinto y dos de vino blanco, la conocida bodega del antiguo fundo de Magdalena Vieja (hoy el distrito de Pueblo Libre) espera ingresar al mercado internacional y, una vez posicionada la marca, competir con otras provenientes de Argentina y Chile, las más reconocidas de la región.

A la nueva propuesta de esta empresa se suman las que han desarrollado en el último lustro, como las empresas vitivinícolas Tacama (con la marca Don Manuel), Vista Alegre (Picasso) y Ocucaje (Rubini) en Ica, así como Tabernero en Chincha, que maneja la marca Quinto Roble. En promedio estas formas usan 15. 000 kilos de uva bodegas para la elaboración de sus vinos. 

Inicios 
Santiago Queirolo, gerente general de la empresa que lleva su apellido, recuerda que a mediados del 2000 la tercera generación de la familia decidió empezar la renovación de la bodega. Para ello contaron con la asesoría de los reconocidos enólogos franceses Jacques Blouin y Edmundo Bordeu. Luego de un amplio recorrido por el valle de Ica, ellos les recomendaron adquirir amplios terrenos en el distrito de San José de los Molinos (ubicado a 25 kilómetros de la ciudad).

"Con un gran esfuerzo de la familia se adquirieron, dos años después, las primeras 200 hectáreas del terreno que bautizamos como Viña San Jerónimo, ubicado en una zona excepcionalmente apta para el cultivo de diversas variedades de uva. Su cercanía con los primeros contrafuertes de la Cordillera de los Andes le aporta una amplitud térmica importante al cultivo, que se complementa con el clima desértico y soleado y el agua que traslada el cauce de la Achirana del Inca", explicó.

En el 2003, con la asistencia del vivero internacional Mercier, se inició el cultivo de este viñedo con plantaciones traídas de Francia, EE.UU. y Argentina y, cuatro años después, se logró la primera cosecha vinificable dejando el camino expedito para emprender este año la primera producción de vinos tintos y blancos de Reserva.

Etapa de crecimiento
Mientras se llevaba a cabo este paciente proceso de desarrollo de diversas variedades de uvas viníferas (Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot, Tannat, Shiraz, Sauvignon Blanc, Chardonnay, Trebbiano Bianco y Petit Verdot) y también pisqueras (Quebranta, Torontel y Moscatel), el grupo inició, en el 2004, la modernización de su planta de producción en Pachacámac. Se instalaron 52 tanques de acero inoxidable con capacidad para 50.000 litros cada uno que les permiten asegurar una producción de hasta cuatro millones de litros anuales de vino y pisco.
"Después la familia adquirió, en el 2007, nuevas barricas de roble para la crianza de los vinos", explicó el enólogo y sommelier de la empresa, Jorge Queirolo, quien comparte el trabajo de elaboración, evaluación y selección de vinos con un equipo de especialistas, entre ellos el chileno Ernesto Jiusán.

Como se puede ver, la expectativa ante el aumento de la producción vitivinícola nacional va en franco crecimiento.

Producción de pisco se mantiene
De las 273 hectáreas que la Bodega Queirolo tiene en el valle del departamento de Ica --a las que se sumaría un nuevo lote de siete hectáreas adicionales--, 175 de ellas están dedicadas al cultivo de uvas pisqueras con las que el grupo espera producir, a lo largo de este año, aproximadamente 300.000 litros de pisco en sus cuatro variedades (puro, acholado, Italia y mosto verde).

Actualmente, la exportación de pisco se calcula en un aproximado de US$1 millón, un nivel que nos ubicaría a la par o por encima de lo que exporta Chile. El crecimiento de estos índices son auspiciosos, pues se calcula que durante el 2008 se exportó hasta un 50% más de pisco que en el año 2007, lo que además ha permitido ir abriendo las puertas de nuevos mercados a los cuales llegar. Los expertos sostienen que la fama de la gastronomía peruana ha ayudado al crecimiento de la ventas de pisco.

Fuente: Vendimia

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La mujer que a las cepas se asoma

Una investigación realizada en Francia reveló que las mujeres disfrutan del vino más libremente que los hombres, y que el tinto lidera sus preferencias. 

Una encuesta realizada entre los clientes de la vinería francesa Lavinia reveló que las mujeres disfrutan del vino de una manera mucho más libre y desprejuiciada que los hombres. Las mujeres aportan una nueva forma de apreciar el vino, más sensible y menos pretenciosa que los hombres. Para ellas, apreciar un buen vino no es una demostración de virilidad, sino una oportunidad de descubrir nuevos aromas en armonía con los platos, afirmaron los investigadores. Además, el estudio desmitificó la creencia de que los vinos preferidos de las mujeres sean los blancos o los rosados. El 71 por ciento de las encuestadas se inclinaron por los tintos, sobre todo por los frescos y frutados.

Fuente: Vendimia

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Los hispanos se abren espacio como empresarios del vino en Napa 

Aunque la mayor parte de la mano de obra en los viñedos de Napa es mexicana, son pocos lo que han conseguido convertirse en empresarios del vino, una tendencia que parece ir en aumento.

El mexicano Alex Sotelo tiene 33 años y ya ha puesto su nombre en una edición limitada de vinos, de 2.000 cajas anuales, cuyas botellas se venden por encima de los 28 dólares.
Cuando llegó a Napa, con 19 años, le pareció que "era el lugar más hermoso del mundo" y aquí se quedó para hacer carrera en el mundo vinícola. Comenzó como muchos otros, en el campo. 
"Quería algo más. Veía la posibilidad de hacer el vino. Si lo estaba haciendo con éxito para otros, también lo podía hacer para mí", dijo a Efe Sotelo.

Este inmigrante nacido y criado en Jerez, Zacatecas, en poco tiempo logró escalar varias posiciones dentro de Robert Pecota Winery, donde llegó a ser director de Producción y Enología. "Fui a la escuela, estudié inglés, arte y fotografía antes de hacerme viticultor", relató Sotelo, quien es enólogo.

También tuvo la suerte de tener sus papeles en regla, gracias a su abuela ciudadana estadounidense. "Como inmigrante no está fácil pero no es imposible. Hay que prepararse, estudiar y ser constantes. Hay que estar preparado tanto para lo bueno como lo malo", comentó. Actualmente Alex Sotelo Cellars distribuye en los mercados más importantes del país, como Nueva York, Nueva Jersey, Washington, Virginia y Texas, entre otros.

En 2006 creó junto a dos amigos mexicanos Alma Wines, con el objetivo de promover a sus socios a un nivel empresarial. Esta sociedad vinícola produce Sauvignon Blanc y tintos como Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc y Malbec. Asegura que la presencia de hispanos como dueños de bodega ha aumentado en los años recientes y que se hace cada vez más fuerte.

Se calcula que en la actualidad cerca de una veintena de bodegas o viñedos están en manos de hispanos, entre las que destacan Quintessa-Rutherford de los chilenos Agustin y Valeria Huneeus, Mi sueno Winery, de Rolando Herrera, Frias Family Vineyard, de la familia mexicana del mismo nombre, Renteria Wines, fundada por el mexicano Salvador Renteria o Ceja Vineyards.

Para Amelia Morán Ceja, la primera mujer méxico-americana en presidir una compañía de producción de vinos, esta tendencia es sólo el principio. "Sé de cinco familias latinas que lanzarán su propia marca de vinos bajo su propia etiqueta este año. Es tan emocionante", dijo a Efe Morán Ceja, cuya familia ha trabajado en los valles de Napa y Sonoma por más de 40 años. "Somos tres generaciones trabajando lado a lado nutriendo la filosofía de la primera generación con las ideas frescas de la nueva generación. Es maravilloso. Es una relación simbiótica", sostuvo la presidenta de Ceja Vineyards, quien ha recibido numerosos reconocimientos por su labor al frente de la empresa familiar.

"Comencé trabajando en los viñedos y ahora soy dueña de ellos. Adicionalmente estar entre una de las 'más reconocidas pequeñas marcas' en el país, demuestra la contribución de los inmigrantes y los trabajadores de los viñedos a esta competitiva industria", declaró la empresaria que se siente muy orgullosa de los logros de Ceja Vineyards.

Actualmente tienen 113 acres productivos y entre sus clientes destacan Acacia, Robert Craig, Rombauer, Mumm y La Crema. Bajo su propia etiqueta comenzaron a producir vinos en 2001 de las variedades Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, Merlot, Chardonnay, Sauvignon Blanc, Syrah, entre otros.

Fuente: Agencia Efe

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