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- Pisco a
más de 5700 msnm
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Ganadores del II Festival del Pisco Sour en el boulevard
de Asia.
Con motivo de las celebraciones del Día del Pisco Sour, el sábado último se realizó un concurso de coctelería en el balneario de Asia donde participaron representantes de cinco playas del sur de Lima, quienes demostraron sus habilidades en la preparación de exquisitos cócteles a base de pisco.
El jurado calificador integrado por la enóloga Cristina Vallarino, el
presidente de la Cofradía Nacional de Catadores de Pisco Johnny
Schuler y César Antonio Alcorta Suero, tuvieron un difícil trabajo al
momento de elegir a los ganadores, por la calidad de las bebidas
presentadas.
El primer lugar fue para Raúl Larrauri, representante de la playa Sol
y Mar, con su cóctel ?Tamario Sour?; el segundo puesto fue para Jean Paul Regazzoni, de la playa Palabritas, quien presentó
? la magia de la carambola?; y el tercer lugar fue para Maria Luisa Copello, de la playa Cocoa, por el cóctel ?Ama Luisa Sour?
De igual manera, en estos tres días de fiesta en honor al Pisco Sour, la Corporación Wong, ofreció más de 100 mil degustaciones gratuitas de esta deliciosa bebida a sus clientes en sus tiendas Wong, Metro y Eco Almacenes y a los asistentes de las ceremonias en el Parque de la Amistad en Surco y en el balneario de Asia.
Fuente:
RPP -
La
Vendimia en Ica Fecha: Marzo
En resumen esta fiesta celebra la abundancia de la uva y del vino en la región de Ica (4 h al sur de Lima por carretera), donde la perseverancia en el trabajo con las vides ha cubierto de verde grandes extensiones de terreno ganadas al desierto.
La Vendimia comprende ferias, concursos, desfiles de carros alegóricos, festivales de música y fiestas donde se baila el festejo afroperuano.
Uno de los mayores atractivos es la elección y coronación de la Reina de la Vendimia, quien acompañada de su corte ejecuta "la pisa de la uva" para extraer el zumo de la fruta que se convertirá en licor. Junto con las deliciosas tejas -de pecanas o frutas confitadas, rellenas de manjarblanco y cubiertas de baño de nevado- los asistentes a la vendimia podrán gozar del sabor del pisco, aguardiente de uva originado en el Perú hace casi cuatro siglos, que seduce por su aroma y sabor.
- Las
damas del Pisco - Parte I
Compartimos
este artículo muy interesante en 2 entregas,
escrito por Manuel Mujica Cardenas. Primera parte de un reportaje a las admirables productoras del aguardiente nacional.
No es fortuito que la tierra sea madre; mama pacha, fertilidad y cobijo en todas las culturas, en todas las épocas. Hembra de grado o fuerza que no debe ni teme a lo macho, no debería sorprender por eso que en cada lugar donde nace el pisco haya una mujer pariéndolo, empujándolo desde la uva hasta el lagar, de la oscuridad de la botija hasta la luz del alambique y el gozoso flujo inmaculado del aguardiente peruano.
Hemos dicho las damas del pisco por pudor timorato cuando debiéramos decir las hembras del pisco. La vitalidad es su brazo, la perseverancia su fuerza.
Las buscamos en los parajes de la vid como busca el agua a su fuente y ahí estaban, empeñosas haciendo girar la rueda de los días pese a todas las
adversidades.
Cada una es historia viva de soledad impronta, luchas, desvelos, pasión. Historias de entrecasa que construyen silenciosas el alma nacional y a las que se debe abrir ventanas, oídos, ojos y paladares. De par en par esta vez con las damas del pisco de Lima e Ica.
Hermanas de pisco
Que no de leche, porque en la bodega Bohórquez la jornada empieza a las cinco de la madrugada empinando el codo en ángulo agudo, cuarenta y pico grados geométricos y alcohólicos con zumo de limón que las hermanas Marina Judith y Luz Angélica incorporan a su espíritu “porque pica el diente para cortar el día”, dicen ellas. Así nacieron, crecieron y siguen creciendo.
Hemos hablado también de soledad impronta. En su caso, la del padre, Juan Miguel Bohórquez Lengua, que parte al viaje del que no se retorna, hace treinta años.
Los siete hermanos Bohórquez decidieron con sabiduría heredada que se repartirían los viñedos pero no la bodega El Ángel, puesta bajo custodia de Marina y Luz y en cuyos alambiques destilarían todos en disciplinado orden de vendimia cada cual su peculiar aguardiente.
Ambas crecieron en el barrio de Los Piscontes, del distrito de los Aquijes, donde las estirpes macondianas (*) no conocían de matriarcados y los hombres recios imponían su mirada marcial y todopoderosa al frente de sus familias. “Mandaba y tenía mando”, ahora se enorgullecen las hijas del padre machote.
Ni pensar en acercarse a los viñedos o lagares; las mujeres debían estar en la casa, a lo mucho mirar. Y mirando aprendieron. “Nacimos en las botijas”, lo han tenido siempre tan claro que a los dos años de la muerte de su padre, al entrar la bodega en crisis, dejaron comodidades en Lima para volver al campo. “Cuando menos pensamos, nos sentimos atadas”.
Marina quiso eternizar la memoria de su padre y embotella el pisco Don Juancito. Luz hace lo propio con Mozandero. Sin embargo, pese a que cada destilado posee un carácter muy peculiar, cada cual con su uva y su grado, en boca y nariz se percibe indeleble el sello Bohórquez, sea el puro (inolvidable en Torontel) o el acholado.
Su empuje las ha llevado siempre a procurar la innovación. Cambiaron el granel y las damajuanas por la botella de 750 mililitros no recicladas, tipo lágrima; la dudosa coronta de choclo por la confiable tapa metálica. Hubo lucha, capitalización, decisiones hasta llegar a la denominación de origen, la estandarización de su pisco; pisco macho hecho por hembras, jovial y oportuno como ellas.
Dos linajes
Quienquiera se haya aprovisionado de los piscos de las hermanas Marina y Luz y los lleve puestos, será conducido por huestes celestiales al restaurante Bohórquez, a unas cuadras de la bodega El Ángel, donde el rey reina pero no gobierna. Juan Miguel Bohórquez (hijo) ha preferido ocuparse de los menesteres gastronómicos para dejar al conocimiento e intuición de su esposa Eduvina Acuache la elaboración del aguardiente.
Se han unido, en este caso, dos linajes pisqueros de abolengo. Los Acuache procuran un destilado de clásico perfil en sus bodegas y a Eduvina le salen de las manos semejantes piscos. Nacida en Ica, su padre tuvo un negocio de panllevar que incluía la bebida y se introdujo en el arte y ciencia de la destilación en la bodega Pariña, de Tiburcio Hernández.
A diferencia de las hermanas Bohórquez, Eduvina acompañaba a don Ricardo Acuache Uchuya hasta la orilla misma del lagar, a las ollas, al fogón mismo. Ella y sus hermanos aprendieron de primera fuente.
“Me recuerdo montada en burritos con barriles en ambos lados cargados de pisco”, su primer vaso de aguardiente lo probó a los diez años.
Como quiera que posee viñedos en Pampa de los Castillos, en la zona conocida como Pachacútec, Eduvina está convencida que “el pisco es fruto del amor”, porque las aguas que dan vida a las parras de esa zona (considerada la mejor productora de uva pisquera), no habrían llegado nunca si el inca enamorado no hubiera construido la Achirana para procurar correspondencias de una cacica.
Pero el amor también puede ser fruto del pisco. “Tuve la suerte de casarme con Juan Miguel Bohórquez, de familia pisquera. Con mis cuñadas en las mañanas cortamos con pisco y limón. Entonces una sigue pa’ rriba”.
Uno cree encontrar analogías cuando se le escucha decir que el secreto de un buen pisco es el cuidado en obtener una buena uva, “virgen, no manoseada. Yo misma me voy a buscar uvas así”.
Cuidados que se extienden, incluso, al encendido del fogón: “Tiene que ser con sarmientos de la misma parra. Así me enseñó mi padre. Me decía: ‘Espera que se forme la candelita, punto medio, azulino, no rojizo, que vaya mermando para que no se ahume el pisco”.
Hay a quién heredar el legado de plata líquida. De sus tres hijas (Yuly, Marlene y Lis), dos han recibido su bautizo pisquero, viajando en serpentín de cobre. Hay linaje para rato.
Fuente:
http://blogs.periodistadigital.com/btbf/trackback.php/24891
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