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Paloma de Plata
para “El Olvido” de peruana Honigmann
La cineasta Heddy Honigmann, galardonada con una
Paloma de Plata en la más reciente edición del
Festival de Documentales de Leipzig habló con
DW-WORLD.DE sobre su película “El Olvido”.
La
cineasta peruana Heddy Honigmann, vive en Holanda
desde hace 30 años, es autora de una respetable
filmografía, que incluye varias películas entre
documentales y ficción. Su trabajo, a menudo
premiado, ha recibido varias retrospectivas,
incluyendo una exhibición en el 2007 en el MoMA
de Nueva York.
Nacida en 1951 en Lima, hija de inmigrantes judíos,
Heddy Honigmann se trasladó a Holanda en 1978,
después de estudiar cine en Roma. Entre la lista
de películas que dirigió se encuentran “Por
amor a la naturaleza” (1996), filmada en Brasil,
“Forever” (2006) - una excursión por el
hermoso cementerio parisino de Père Lachaise - y
la más reciente “El Olvido”,
Su largometraje se centra en los alrededores del
Palacio de Gobierno en Lima, en donde busca a un
grupo de personas que parecerían
"transparentes" para el universo de
poder: camareros, lustrabotas, malabaristas y los
niños de la calle. Entre ellos se encuentra el
pequeño Henry, que no tiene memoria y su futuro
es incierto. Interrogado por la cineasta acerca de
sus buenos y malos recuerdos, el joven lustrabotas
dice que no recuerda nada de lo que sucedió en su
vida en el pasado, y que no tiene deseos para el
futuro. Todos los personajes de la película
"están sumergidos en el agua turbia que es
Perú. Tienen que nadar para sobrevivir ",
dice la directora.
Honigmann habla con DW-WORLD.De sobre la
inevitable distancia entre la sociedad peruana y
la holandesa y describe la "mentalidad de
supervivencia" que existe en América del Sur
y sus observaciones sobre la forma en que el humor
y la ironía son propios de las sociedades
latinoamericanas.
El carácter de Henry: en su película, no
tiene memoria ni deseos para el futuro. ¿Simboliza
el niño, en cierto modo, al continente
Latinoamericano como un continente sin memoria,
sin relación con el pasado reciente y sin
esperanza para el futuro?
Eso sucede después, cuando una está filmando no
piensa en símbolos. Veo a una persona delante de
mí y no un símbolo o un tema. Es cuando se está
editando que se sitúa a esa persona en un lugar
especial. Durante el proceso de edición este
muchacho se convirtió en el símbolo de la falta
de futuro y el olvido.
Y cuando la gente se olvida de su propia historia,
existe el peligro de que se repita. Hay un aspecto
de seguridad en el olvido: se olvida el dolor. Se
continúa viviendo y se olvidan los malos tiempos.
En otras palabras, no se toma conciencia acerca de
lo que debe hacerse para evitar esa situación de
nuevo.
¿Por qué ha optado por el título “el
olvido”?
Porque es una película sobre la ciudad (Lima),
sobre el país (Perú), contada a través de los
personajes que elegí. Si usted habla de olvidar
hace al mismo tiempo uso de la palabra recordar.
En la película hay imágenes de dos presidentes
que al ser electos juran defender la Constitución
y los derechos humanos, juran que hará lo mejor
para los niños del Perú, que son el futuro del
país. Y luego olvidan por completo lo que
juraron, olvidan al país, todas sus promesas.
Esto ocurre con muchos políticos, no sólo en América
del Sur: se promete y luego se olvida. En América
del Sur hay momentos muy dolorosos. No se trata sólo
de olvido, sino de corrupción total. Los
presidentes son asesinos. (Alberto) Fujimori fue
deportado a Perú y ahora está siendo juzgado por
la muerte de muchas personas.
El personaje del cantinero, que prepara el
pisco sour para los políticos, parece saber
manejar muy bien la situación a través de la
ironía y sus "pequeñas venganzas”.¿Cree
usted que los latinoamericanos tienen cierta
habilidad en este sentido?
No sólo en Perú sino en América del Sur en
general las personas son muy creativas. El humor y
la ironía son una manera de luchar contra la
tristeza, contra todo lo que es negativo,
peligroso. Si no contaran con esta ironía, con
este sentido del humor, se amargarían rápidamente
en determinadas situaciones. Para mí fue un
privilegio poder filmar cómo estas personas
manejan la situación. Me pregunto cómo pueden
mantener la dignidad y seguir creyendo que la vida
vale la pena.
Uno de los personajes de la película que me gustó
mucho es el hombre que trabaja con cuero, que hace
bolsas con restos. Su establecimiento hacía antes
bolsas para los ministros y gente rica. Debido a
la enorme inflación bajo el gobierno de Alan García,
pierde a fines de los 80, casi el 80 por ciento de
su propiedad. Él está muy emocionado todo el
tiempo, casi incapaz de hablar, casi llora. Le
pregunto por qué y él responde que no llora de
tristeza, sino de alegría por haber sobrevivido.
Al final dice una frase maravillosa: "Es tan
hermoso sobrevivir". Esto es increíble, es
de una belleza indescriptible. Esa manera de
reaccionar a la realidad es única. Filmar a una
persona como él es una experiencia formidable.
Siempre trato de filmar a personas que son más
fuertes que yo.
Usted vive desde hace muchos años lejos de Perú.
¿Mira al país como una extranjera o como una
peruana?
Ni como extranjera ni como peruana, sino como
cineasta, que es lo que más me importante. No
creo que un peruano que vive tan cerca de la
realidad tenga que salir de su país para ver
mejor. Yo vivo desde hace 30 años en Holanda,
pero mi madre vive en el Perú, tengo familia allí,
visito a mi familia. Ya había hecho una película
en Perú (Metal y Melancolía, 1992), que ganó
una Paloma de Oro aquí en Leipzig. Fue mi primer
documental después de 15 años de ficción.
Esa película la rodé en el momento en el que
Alan García abandona el poder y asume Fujimori.
La inflación creció, la clase media desapareció.
Descubrí en ese momento la ironía de las
personas que ríen. La persona con la que inicio
la película tenía un automóvil que se estaba
cayendo a pedazos. Se lo dije y me respondió que
la ventaja era que nadie se robaría su coche. Es
decir, se roban muchos automóviles en Perú, pero
el de él no se lo robarían. Él convierte todas
las desventajas en ventajas. Esa es la mentalidad
de la supervivencia. Los peruanos sobreviven,
muchos de ellos con gran sentido del humor.
Me gustaría invertir la pregunta anterior:
cuando hace una película en Holanda, cree que su
propia historia de desplazamiento de un país a
otro le otorga una mirada distinta sobre el país
en el que vive, una mirada que se percibe en sus
películas?
Sí, mantengo también una distancia cuando filmo
en Holanda. No hago comparaciones entre los
holandeses y los sudamericanos porque de esta
manera no se pueden hacer películas. Los veo como
personas con sus propias personalidades y mantengo
distancia. Mantengo distancia hacia los peruanos,
porque vivo fuera desde hace tanto tiempo, y
mantengo distancia a los holandeses porque no soy
de allí. Pero la verdad, cuando filmo a músicos
franceses en París o en el caso de “El Amor
Natural” en Brasil, también mantuve distancia,
combinada con gran curiosidad. Soy muy curiosa
quiero saber cómo es la gente realmente, lo que
hacen, cómo se enfrentan a su realidad.
“El Amor Natural” (1996), se basa en los
poemas de Carlos Drummond de Andrade y como
actores a ancianos. ¿Por qué Drummond y por qué
brasileños y por qué personas de edad avanzada?
Tengo una relación literaria con Brasil, un país
que tiene grandes poetas y escritores. Conocía a
Carlos Drummond de Andrade de cuando estudié
literatura en Perú. Ya en Holanda, “El Amor
Natural” fue traducido al holandés. Drummond
escribió estos poemas eróticos siendo ya un
anciano. Él se negó a publicarlos en vida (la
familia lo hizo después de su muerte) porque tenía
miedo de ser acusado de pornografía.
Hoy la gente ha olvidado lo que es la poesía. Están
acostumbrados al Internet, a la velocidad. No
saben leer poemas. Pensé que una manera de
proteger esos poemas y una hermosa manera de hacer
una película sobre el amor podría ser entregar
esos poemas a los ancianos. Por ser brasileños
entenderían mucho mejor los poemas que los
holandeses o ingleses, por ejemplo. Ellos
entendieron la belleza de la poesía, que sirvió
como una especie de catalizador de sus recuerdos
sobre el amor y el sexo. Rodada con personajes jóvenes,
esa película sería basura.
Soraia Vilela (CHP)
Fuente: Dw-World
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