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Alan Watkin Appunasca 03/09/07
Estimados amigos aceptando su invitación les hago llegar uno de los artículos que he publicado en una revista local, si ustedes creen por conveniente publicarlo, en
buena hora, son artículos del año 2006.
Atentamente
Alan Watkin
REDESCUBRIENDO NUESTROS PISCOS Nasca, enero del 2006
Acabo de regresar de un viaje que podría llamarlo “redescubriendo nuestros piscos”. Con destino al sur de Nasca, viajando unos 250 km de recorrido vía panamericana sur, llegué a mi primera parada; el valle de Chala, donde están ubicados los pueblos de Achanizo, Caramba y Chaparra, valles de fértiles riveras, inundados de bosques de olivos.
Viaje que solo me llevaba la inquietud de degustar nuevos sabores de piscos hasta ahora desconocidos para mi paladar. Mi parada en el pueblo de Achanizo, de un poco más de un centenar de pobladores, con la calma y paciencia que caracteriza a todos los pueblos alejados de las grandes ciudades y que les dá ese peculiar ritmo de vida que muchos peruanos desconocen. “Preguntando se llega a Roma”, dice el adagio, es así que llegué a la casa del señor Arsenio Román, encargado del Proyecto que tienen con la ONG CODES, para la elaboración de aguardientes de; perillas, peras y manzanas, frutales que se desarrollan con gran vigor en esta zona, él es regidor del municipio de Chaparra, donde la uva juega un papel importante en éste proyecto, ya que también elaboran piscos de las variedades negra criolla y quebranta, siendo todavía piscos con elaboración de poca experiencia; de alta graduación alcohólica, lo que los hace excesivamente fuertes al primer trago, de sabores no definidos que caracterizan una elaboración todavía en aprendizaje, a pesar de su embotellado impecable y de una limpieza del pisco, nada envidiable con los piscos que encontramos en nuestro “Supermercado Raulito”. Nos contaba el señor Román que se elaboran un poco más de cien arrobas de pisco al año, en la bodega que están modernizando con ayuda de CODES, y que lo comercializan en las bodeguitas del pueblo. No por esto dejamos de hacerle la invitación pactada para su participación en nuestro ya conocido concurso de Pisco Nasca 2006.
Siguiendo con mi recorrido, dimos la vuelta para internarme en otro valle, de igual fertilidad en sus riveras, olivos que parecieran acabar en la eternidad del horizonte que se cruzan entre cerros majestuosos, que contrastan su dura aridez con la vida del verde de estos valles. Me refiero al valle de Yauca, dividido por la carretera panamericana sur donde empieza la ruta, para terminar en el pueblo de Jaquí. Es allí que conocí a la señora Maria Dongo Martinez, familia muy conocida por estos valles, luego conocimos a los señores Manuel Martinez y José Morón, no está demás comentarles que el pueblo de Jaquí con los años que tienen de vida conserva su arquitectura colonial, la cual mantienen con mucho orgullo, ejemplo que deberían tener nuestras autoridades para conservar parte de su historia escrita en sus edificios. La señora María nos contaba que ellos producen más de 150 arrobas al año, y que las venden casi en un cien por ciento a los mineros que trabajan en la zona, también de las variedades negra corriente y quebranta que elaboran en alambiques de cobre centenarios, de capacidad de unos 350 a 400 litros de paila. Estos piscos de Jaquí un poco más elaborados al paladar, de sabores que hacen imaginar la diversidad de plantas que rodean las parras, olivos, perales además de las hierbas silvestres, aromas de la misma característica ; los relaciono a especies por las razones que expliqué líneas arriba. Finalmente nos despedimos de la señora Maria Dongo no sin antes comprometerla e invitarla de igual forma a nuestro concurso de Pisco Nasca 2006.
Es así que terminé agotado este recorrido pero contento de haber descubierto sabores y aromas de estos piscos escondidos en el tiempo, y sobre todo con la satisfacción de que a pesar de los años, de la adversidad para la tecnología, pero contando con la maravillosa contribución de su clima, y la bendición del agua de sus ríos, siguen produciendo, contribuyendo a la historia y reconocimiento de nuestro aguardiente de uva ; el Pisco.
Agradecimiento al señor José Rizo Patrón por su colaboración en el recorrido.
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