Al pan, pan y al Pisco, Pisco…

Agradeciendo al Sr. Luis Alberto Montes Bellina  por el envió de esta nota. 

La verdad, me pregunto ¿porqué perdemos tiempo discutiendo y tratar de convencer que el Pisco es peruano y lo producido por “otros” no lo es, pero que lo nombran como suyo y además lo reclaman?, cuando a todas luces vemos que es una usurpación sin fundamento de peso y la respuesta no puede ser más clara y concisa, que no admite discusión alguna. Señores letrados  y juristas, tomen nota:

Aparte de su nombre, Pisco, con DENOMINACIÓN DE ORIGEN, está sobradamente probado que es originario de tierras pisqueñas desde principios del siglo XVII y que sólo por eso ya nos daría la suficiente autoridad del uso y usufructo del nombre como propio, pero nos olvidamos de argumentarlo con la verdadera esencia de lo que es el Pisco; esto es, cumplir con “sus estrictas normas de elaboración”, que tienen que ser de obligado cumplimiento seguidas a rajatabla, de acuerdo a lo estipulado por el Consejo Regulador del Pisco y Denominación de Origen. Si no se cumplen tal como lo mandan los rígidos cánones, entonces no puede ser Pisco ni llamarse como tal.
Para conocer a fondo la excelencia del Pisco, es necesario conocer otras bebidas espirituosas, sobretodo la que más se acerca al Pisco sin serlo; me refiero al afamado Coñac, denominación de origen por ser la región francesa de donde procede. Solo Francia puede llamarlo así y ese nombre es respetado por otros países que reconocen su origen y que también lo producen, pero por respeto le llaman Brandy.

Aunque se dice que “las comparaciones son odiosas”, es necesario analizar detenidamente el proceso de elaboración del Pisco y del Coñac y/o Brandy,  para reafirmar lo que quiero demostrar.

El inicio de ambos destilados es similar; ambos se inician con un vino joven o mosto, que se destila, pero… el Brandy o Coñac, se destila con repetición hasta tres veces, obteniendo un alcohol de altísima graduación, y por eso se ven en la necesidad de rebajarlo con agua destilada para alcanzar de 35º a 45º  de graduación alcohólica;  este producto se pone a añejar en barricas, botas o toneles de roble, donde anteriormente han criado buenos vinos donde dan su propio carácter intrínseco al albergar a los destilados.  De ahí su color tostado, dependiendo de la tonalidad del vino que ha criado y su buqué que nos recuerda la procedencia de su vino. Estas son las estrictas normas que se respetan para obtener el Coñac o Brandy.

Ahora volvamos al Pisco, cuyo inicio ha sido el destilado de un vino joven o mosto, producto de uvas pisqueras muy escogidas, habiendo ya quitada su piel, tales como la Quebranta, Moscatel, Torontel, Italia, Mollar, Albilla, Uvina y Negra y que han sido “pisadas” en el lagar con mucho cariño, para no romper las semillas que desprenden el amargo e indeseado tanino. Este destilado sólo se hace UNA SOLA VEZ, vigilando muy cuidadosamente el saber “cortar” el destilado cuando llega a los 42º de valor alcohólico, desechando toda la “cabeza” por encima de ese valor. De igual manera, hay que vigilar cuando hacia abajo llega a los 38º, para desechar toda la “cola”. Así obtenemos un destilado de 38º a 42º, no estando permitido agregarle NADA. Podemos decir que el producto sale con la personalidad propia de la uva con que ha sido hecho, con su aroma o buqué, que un buen catador puede identificar fácilmente cual ha sido el tipo de uva que se ha destilado. La calidad del pisco refleja su dedicada elaboración y cantidad de uva utilizada, porque por cada litro de Pisco obtenido, son necesarios de 7 a 10 Kg. de uva. Si en el destilado se emplean dos o más tipos diferentes de uva el Pisco se llama “Acholado”, o sea, producto de mestizaje.

Una vez terminado todo este proceso, hay que dejarlo reposar unos meses para reafirmar su aroma y paladar. Su presentación es de una inmaculada, pura e incolora transparencia, por haber tenido siempre presente que el Pisco JAMÁS TOCA MADERA; es decir, debe reposar libre de cualquier influencia o contaminante externo en sus “Botijas Pisqueras”, de barro cocido como antaño, o ahora ya en la modernidad, se le deja reposar en contenedores de acero, antes de ser embotellado.

Hasta ahora hemos visto las normas para producir tanto el Brandy/Coñac como el Pisco. Pero digo yo, ¿porqué nuestros vecinos del sur, los de Chile, llaman Pisco a su destilado, cuando vemos que ellos lo destilan de dos a tres veces, y luego lo reposan en toneles de madera, es decir, que ellos fielmente cumplen en su producto TODAS LAS REGLAS Y NORMAS DEL BRANDY  y NO LAS DEL PISCO?. Es un Brandy de calidad ciertamente inferior, pero estoy seguro, que como ellos tienen unos magníficos vinos, perfectamente pueden destilar un excelente Brandy, incluso, hacer la competencia a Francia, pero eso sí, que no le llamen Coñac porque no le va a gustar a los franceses y ellos sí que saben defender lo suyo.  

¡Salud, con un peruanísimo Pisco !,
 
Luis Alberto Montes Bellina.                                    
Embajador del Pisco de Moquegua en Europa.
Jerez de la Frontera, España.  antarki@telefonica.net
                                                           

Comentarios (2)

Brillante aclaración; explicación clarísima y muy didáctica.
Se nota el pleno conocimiento sobre nuestro peruanísimo Pisco.
Felicitaciones.

Soberbia explicación de Lucho Montes, debe de difundirse en Chile para que dejen de apropiarse de todo lo que no es suyo, hagan su propia historia, tampoco es de ellos, la chirimoya que llaman chilimoya, el suspiro a la limeña que en el colmo de los colmos ni siquiera le cambian de nombre.

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