Las cuevas de Toquepala constituyen un claro testimonio de la presencia temprana del hombre en territorio peruano,

Los Tacneños Ancestrales 

Las Pinturas de  Toquepala
Las cuevas de Toquepala constituyen un claro testimonio de la presencia temprana del hombre en territorio peruano, puesto que éstas fueron trajinadas desde hace unos 10 mil años. En sus paredes aparecen pintadas escenas de su hacer cotidiano: la caza, que son datados con 10 mil años. Sin embargo, como quiera que las cuevas fueron ocupadas por gente perteneciente a sociedades pre agrícolas en diversas épocas, no ha podido establecer a toda satisfacción si el material utilizado para obtener el fechado mediante el análisis del Radiocarbono o Carbono 14 es el que realmente corresponde a las muestras pictóricas. Las pinturas rupestres, o sea la coloración ejecutada sobre paredes rocosas (rupes = roca), recuerdan las ejecutadas durante el paleolítico superior europeo. Aunque carecen del carácter naturalista soberbio y de la sorprendente vivacidad y movimiento de aquéllas, las pinturas de Toquepala presentan la misma temática y el mismo objetivo que promovió la ejecución del arte paleolítico del Viejo Mundo. En efecto, en ambos casos se reproducen escenas de cacería presentadas en el marco de la magia propiciatoria engendrada por dicha actividad y la que se suponía iba a asegurar la alimentación sin problemas.
Miculla y Otros Sitios Arqueológicos

El sitio de Miculla está ubicado en la margen izquierda del río Caplina, a 22 km. de Tacna, siguiendo la carretera Tacna- Calientes-Bolivia. La mayor concentración de petroglifos se presenta en las pampas de San Francisco de Miculla, cubriendo un área de aproximadamente 20 km².
Los petroglifos están constituidos por rocas calcáreas o de sílice, cuya superficie ha servido para grabar diversos motivos. En cuanto a las técnicas, los petroglifos muestran en su mayoría huellas de haber sido sometidos a raspado y al picado o martillado para ejecutar los motivos deseados. Los diseños corresponden a representaciones de escenas de la vida cotidiana, en un contexto mágico-religioso. Probablemente su función consistía en propiciar el sustento mediante la buena suerte en las jornadas de cacería.

No cabe duda de que las escenas de Miculla corresponden a varias etapas culturales, tanto pre agrícolas como de tiempos en que ya se practicaba el cultivo de la tierra.
Otros sitios arqueológicos tacneños, aún inéditos, los menciona el arqueólogo Óscar Ayca Gallegos (14/6/1996). Por ejemplo uno situado en Pachía, sector inferior de la quebrada de Palca. Éste consiste en un “pequeño asentamiento pre-Tiwanaku (¿formativo?), caracterizado por la presencia de estructuras circulares de piedra” asociadas a cerámica llana y a “puntas de proyectil de forma triangular premunidas de pedúnculo”. La cerámica es del mismo tipo que la identificada “en la Quebrada de Burros, en el litoral tacneño”. Igualmente, en la provincia de Tarata, de la zona cordillerana de Tacna, el arqueólogo Ayca ubica, en el sector superior del río Sama, los sitios de Susapaya, Sitajara, Yabroco y otros. Se caracterizan por constituir pequeños poblados fortificados, con viviendas de planta rectangular y muros levantados con mampostería sencilla sobre terrazas artificiales; están asociadas a un tipo de cerámica que utiliza los colores rojo o negro sobre rojo, que corresponde al período Intermedio Tardío o sea al que antecede al Horizonte Tardío que culmina con la formación del Incario.

Es necesario agregar que en las lomas cubiertas de arena que se levantan cerca de la ciudad de Tacna, aparecen geoglifos representando, sobre todo animales.
Chango(s) o Camanchaco(s)

Noticias etnohistóricas permiten algunas inferencias sobre la gente que poblaba las costas del departamento en el momento de la incorporación al Incario de la región tacneña, y aun ofrecen algunas particularidades sobre sus costumbres en tiempos anteriores, cuando los colla(s) de la cuenca del Titicaca realizaban un intensivo intercambio de productos alimenticios con los pobladores de litoral tacneño. Esta gente era conocida, al llegar los españoles al Perú, con el nombre genérico de camanchaco(s) o chango(s).

Los chango(s) se alimentaban gracias a una economía extractora, sustentada en la pesca; para trocar sus excedentes con gente cordillerana empleaban técnicas de conservación del pescado. Pero por su tipo de economía, su cultura no alcanzaba el lustre y la complejidad que ostentaban las demás naciones que por entonces poblaban el territorio del antiguo Perú.

Con el nombre de chango(s) y camanchaco(s) se califica genéricamente a diversos grupos humanos establecidos en la costa del extremo sur, desde Arequipa hasta la porción costanera norteña de Chile. María Rostworowski indica que se trata de la región cole o colesuyo. Garcilaso refiere que “desde Arequipa hasta Tacama (moraban los) que llaman Collisuyo”; al parecer el vocablo suyo, equivalente a región en el antiguo Perú, no era utilizado únicamente para calificar los cuatro suyos clásicos en que era dividido el Incario, así como tampoco sólo en el caso referido del Collisuyo.

Los collí(s) habrían incluido a varios grupos, tales como los “uros costeños”, los puquinas, tales como también a los chango(s) o camanchaco(s) camanchangos) y aun a los atacameños del litoral chileno.

Sobre los mismos se han ocupado varios autores, como Leónidas Bernedo Málaga y en 1986 el erudito historiador tacneño Luis Cavagnaro Orellana.

Se da por sentado que los chango(s) conformaban una agrupación humana especifica tanto por sus rasgos físicos particulares como por su idioma (puquina), distinta por lo tanto de los demás pobladores de la sierra y de la costa del antiguo Perú; se les considera pertenecientes al tronco racial arawak, y acaso emparentados con los uro(s) que se dedicaban a la pesca y moraban sobre “islas flotantes” de totora en el Titicaca.

"Además de ser especialistas en pesca marina, los chango(s) eran dados a cazar lobos de mar. Utilizaban embarcaciones de dos cuerpos, elaboradas con bolsas de cuero de lobo marino cosidas e infladas para que sirviesen como flotadores. Estas embarcaciones siguieron usándose hasta albores del siglo XIX.

Fuente

Comentarios (0)

Participa con tu comentario